Las grandes aerolíneas de Estados Unidos defendieron este miércoles las ayudas públicas de 54.000 millones de dólares que recibieron durante la pandemia, pese a las cancelaciones de vuelos que han dejado en tierra a miles de pasajeros en los últimos meses y las denuncias de que han subido sus precios.
Consejeros delegados y otros altos cargos de American Airlines, Southwest, United y Delta coincidieron en elogiar los 54.000 millones de dólares de ayudas públicas que han recibido para cubrir costes labores desde el inicio de la pandemia, que provocó una caída en tráfico aéreo.
«Nosotros, en American Airlines estamos profundamente agradecidos por la asistencia que recibimos en la pandemia», dijo el consejero delegado de esa aerolínea, Doug Parker, durante una audiencia en el comité de Comercio del Senado de EE.UU.
Pese a las ayudas, la industria aérea se ha enfrentado a numerosos desafíos como problemas para contratar a personal cuando la demanda de vuelos volvió a subir e incidentes con pasajeros en relación al uso obligatorio de mascarillas dentro de aeropuertos y aviones.
Además, grupos de consumidores han expresado preocupación por las cancelaciones de centenares de vuelos de algunas aerolíneas, como American y Southwest, además de subidas de precio y la reducción de su oferta, ya que en algunos casos han suspendido algunos trayectos que operaban antes de la pandemia.
Preguntado por las cancelaciones que sufrió American durante algunos periodos del otoño, Parker argumentó que «esos eventos fueron la excepción y no la regla».
La ayuda pública que recibieron las aerolíneas tenía una condición: no podían despedir a los trabajadores. Sin embargo, las empresas redujeron el personal con bajas voluntarias o prejubilaciones.
Por tanto, cuando la demanda por vuelos se recuperó, la falta de personal provocó la cancelación de cientos de vuelos.
Para solucionarlo, American Airlines quiere contratar a 18.000 trabajadores en 2022 tras haber firmado 16.000 nuevos contratos en 2021; mientras que este año United contrató a mil nuevos pilotos, Southwest firmó 5.000 contratos y Delta hizo 8.700 nuevas contrataciones.
Al respecto, el consejero delegado de Southwest, Gary Kelly, explicó que las cancelaciones obedecen en parte a las dificultades para recuperar a los empleados a los que se les había incentivado para tomar bajas.
«Es un ambiente difícil para contratar (…) Incluso para que la gente vuelva de su baja, toman tres semanas y eso se convierte en un hábito. Están fuera durante mucho tiempo y puede que ya no les interese tanto trabajar», consideró Kelly ante el comité del Senado estadounidense.
El objetivo del comité es elaborar un informe sobre la efectividad de las ayudas públicas a través del testimonio de Parker, Kelly, el del consejero delegado de United, Scott Kirby, y el vicepresidente y jefe de operaciones de Delta, John Laughter, ambos también en la audiencia.
Otras aerolíneas como Alaska y JetBlue entregaron al comité sus testimonios por escrito.
Según la base de datos Open Secrets que gestiona el Centro para una Política Responsable, las aerolíneas se gastaron más de 17 millones de dólares en presionar el Congreso.
(c) Agencia EFE