VERÓN. Aunque parezca insólito hace un par de meses la ducha estaba en discusión entre los famosos. Algunos, como Leonardo Di Caprio alegan que bañarse a diario es un desperdicio de agua, que los jabones, desodorantes y champúes dañan el medio ambiente. Brad Pitt alega falta de tiempo; Charlize Theron dice que se siente cómoda sin bañarse, y otros, como Jake Gyllenhaal, consideran que puede dañar la piel. Estos últimos, tal vez tengan algún punto a su favor.
De hecho, James Hamblin, doctor especialista en medicina preventiva y profesor de la Universidad de Yale quiso demostrar que el baño diario no es esencialmente necesario y dejó de bañarse, así de simple. Tras cinco años de investigación, dice haber superado la costumbre del baño diario y se siente normal, pero sí insiste en el lavado con jabón y frecuente de manos y cepillado de dientes.
El especialista opina que cuando aplicamos productos como jabón, gel de baño, entre otros, se altera el equilibrio entre los aceites naturales y la flora bacteriana de la piel, lo que ocasiona malos olores, por ejemplo. «Cuando te duchas agresivamente, destruyes los ecosistemas. Se repueblan rápidamente, pero las especies quedan desequilibradas y tienden a favorecer los tipos de microbios que producen olor», explicó.
Sin embargo, todo es cuestión de equilibrio y quienes preferimos mantener el hábito del baño diario podemos tomar algunas acciones para evitar ser agresivos con la salud de nuestra piel.
La médico Susan Bard, MD, dermatóloga certificada por el Consejo Americano de Dermatología, consultada por AARP, organización sin fines de lucro dedicada a generar información y atender necesidades de personas mayores de 50 años, afirma que una ducha caliente y larga puede parecer muy reconfortante, pero lo ideal es que dure cinco minutos, y si incluyen afeitado y la aplicación de otros productos, que se extiendan a un máximo de 15 minutos, porque los baños prolongados realmente pueden afectar la piel resecándola, especialmente en los meses más fríos.
Asimismo, la experta señala la importancia de controlar la temperatura del agua. La recomendación no es darse un baño helado, pero tampoco caliente porque reseca la piel. Sin embargo, si elegimos bañarnos con agua caliente, controlemos el tiempo y se recomienda aplicar crema hidratante de la cabeza a los pies.
Con relación al tipo de jabón, el debate entre el jabón en barra y el jabón líquido es permanente. El jabón en barra tiene menos ingredientes y conservantes que el jabón líquido, además que suele venir en empaques de papel o cartón; mientras que el jabón líquido viene en envases plásticos y tiene dispensadores. Una fórmula adecuada puede ser usar el jabón líquido en los meses fríos, porque reseca menos la piel al ser formulados con agua. Sin embargo, en cualquier caso, es conveniente usar jabones neutros, sin fragancia y si son en barra que sean en base de glicerina. El objetivo es preservar la barrera natural de la piel.
Con relación a los accesorios para lavarnos, como esponjas o toallitas, la doctora Anna Chacon, MD, dermatóloga por la revista The Girlfriend de AARP, explica que estos elementos pueden ser demasiado abrasivos para la piel, y peor aún, acumulan bacterias y hongos. En todo caso, las toallitas son más convenientes que las esponjas vegetales porque pueden lavarse a máquina. También se pueden usar cepillos y guantes de silicona pues al ser de secado rápido, no albergan bacterias y pueden lavarse muy bien, pero en todo caso, la mejor herramienta al bañarnos son nuestras propias manos.
En este sentido, cabe destacar que al salir de la ducha, la toalla puede ser muy abrasiva si la usamos frotando con fuerza. Lo recomendable, según las especialistas, es secarnos con suaves palmaditas.