A partir de hoy, todo el territorio nacional queda libre de las medidas restrictivas derivadas del estado de emergencia, que producto de la pandemia por el covid-19 fue declarado por primera vez el 19 de marzo del 2020.
El argumento que esgrimen las autoridades para dejar sin efecto este mandato constitucional, es que gracias a las acciones desarrolladas contra esta enfermedad, incluido el Plan Nacional de Vacunación, República Dominicana ha podido aminorar los efectos de la pandemia.
Esta noticia cae como anillo al dedo en aquellos sectores que mantuvieron una férrea oposición a que se impusieran prohibiciones tan fundamentales como la libre circulación y reunión de personas.
El tiempo demostró, sin embargo, que fueron precisamente estas medidas las responsables de que hoy nuestro país figure entre las naciones con mayores avances en la lucha contra el covid-19.
Aunque desde hoy ya no habrá más toques de quedas, ni se apresarán a personas por reunirse en distintos espacios, como centros de diversión, iglesias y otros escenarios, el Gobierno ha dicho que el uso de las mascarillas en sitios públicos seguirá siendo obligatorio.
Las autoridades procurarán también hacer cumplir el distanciamiento físico en lugares de concurrencia cotidiana, como bancos, hospitales, centros educativos, farmacias y plazas comerciales.
Estamos, pues, ante una información que lleva alegría a mucha gente, pero que igualmente nos impone un alto nivel de responsabilidad ciudadana.
El regreso a la normalidad libera- da de restricciones debe asumirse ahora como un gran reto de carácter social, para no lesionar los resultados positivos hasta hoy alcanzados frente a esta enfermedad.
Con esta disposición, el Gobierno nos otorga su voto de confianza, pero de nosotros depende que real y efectivamente haya valido la pena.