El ejercicio de la política fue siempre concebido como una generosa oportunidad para tomar decisiones que beneficien el bien común, dentro de los parámetros que definen la vida de las personas en una sociedad democrática.
Por esta razón, la política debe ser reservada para individuos techados de conocimientos y virtudes, de conducta ejemplar y plenamente conscientes del compromiso histórico frente a la nación que representan o aspiran representar.
La comunidad que nomina a una persona para que decida en nombre de la mayoría, espera que la confianza depositada se traduzca en bienestar y progreso colectivo.
Cuando ocurre lo contrario, si ese funcionario muestra un comportamiento desviado de los propósitos para los que fue escogido, los mismos ciudadanos se lo tomarán en cuenta y cobrarán con creces cada uno de sus errores.
Nuestra reflexión viene dada por el revuelo que provocaron las declaraciones del regidor Leonte Torres, del Ayuntamiento de Higüey, a un programa de televisión local.
Al afirmar que “todo el mundo sabe que el político cuando llega a una posición, si puede buscarse un par de pesos, se lo va a buscar”, este funcionario municipal insinúa la aceptación de una práctica corrupta, que riñe con el buen desempeño de un servidor público correcto y juicioso.
El señor Torres proyectó con sus palabras un pensamiento distorsionado, y evidentemente alineado con quienes asumen la política como un festín sin control y de irrespeto a las más elementales normas éticas y morales.
Lo dicho por este regidor provocó gran indignación nacional. Bastaron sólo minutos para que su exabrupto recibiera repulsas y calificativos coincidentes en los cuatro puntos cardinales.
En su desvelo por justificar lo injustificable, el señor Torres olvidó quizás que el consumidor de noticias de hoy no es el receptor pasivo de ayer. La gente juzga y cuestiona, y ocupa una dimensión más dinámica y proactiva frente a la difusión de mensajes masivos.
Por esta razón, las opiniones de Torres fueron ampliamente rechazadas en espacios de comunicación donde cada usuario es dueño de lo que dice. Y desafortunadamente, lo dicho en
nada beneficia la imagen pública de este regidor higüeyano.