VERÓN. El peso excesivo de las mochilas escolares y el transporte inadecuado de éstas comporta cambios posturales que pueden causar alteraciones musculares y esqueléticas en cuello, hombros y espalda, además de poder repercutir negativamente en la edad adulta.
Un estudio en el que han participado varias universidades y hospitales españoles, pone de manifiesto que el peso excesivo de las mochilas puede comportar un alto riesgo de sufrir dolor y/o patologías de espalda. Cuando transportamos mochilas de peso excesivo la postura corporal se ve afectada de forma significativa:
Inadecuada alineación de la columna vertebral a nivel cervical ya que la cabeza tiende a tirarse hacia delante.
Tensión muscular localizada en la zona baja de la espalda o zona lumbar debido a la inclinación del tronco hacia delante.
Aumento de la curvatura lumbar (hiperlordosis lumbar).
Asimetría de los hombros en caso de transportar la mochila colgada de una sola correa o de cargarla con un reparto de pesos desigual. En ambos casos aumenta el riesgo de sufrir escoliosis o desviación de columna.
Cómo prevenir lesiones
— Organizar el contenido colocando las cosas más pesadas en la parte inferior.
Llevar el peso en el centro de la espalda, a nivel de la cintura y pegado al cuerpo.
— Retirar lo que no se utilizará durante ese día.
— Llevar la mochila correctamente colocada, utilizando siempre las dos cintas para los hombros, que deben ir bien sujetas.
— La mochila no debe pesar mucho. Se recomienda que el peso no supere el 10-15% del peso del niño. Así, para los menores de 20 kilos, debería pesar como máximo 2-3 kg., para los niños de 30 kilos, que no supere los 3-4,5 kilos, etc.
— Tener una musculatura adecuada. Para ello es conveniente realizar ejercicio físico y evitar estar sentado mucho tiempo delante de las pantallas.