VERÓN. En su primer discurso de rendición de cuentas, en el marco de la celebración del 177 aniversario de la Independencia de República Dominicana, el presidente Luís Abinader anunció que el Gobierno introducirá un proyecto para la revisión de la Ley de Hidrocarburos, Con el objetivo de revisar la estructura de costos y la forma en cómo se fijan los precios de combustibles. ¿Pero qué tan factible es eso?
Para el presidente del Colegio Dominicano de Economistas, Rafael Espinal, la solución al alto costo de los combustibles no se logrará con una modificación a la Ley de Hidrocarburos, a menos que se disminuya el impuesto selectivo, lo que a su juicio sería improcedente, porque complicaría la situación fiscal del Gobierno.
“Los precios de los hidrocarburos son determinados por varios factores, entre los que se destaca la tasa del dólar y el costo del petróleo en los mercados internacionales. También, por el índice de costos al consumidor y que el Gobierno solo podría tener incidencia en los márgenes de intermediación y los impuestos selectivos”, sostuvo Espinal.
Reiteró que el valor del crudo no lo determinan ordenamientos jurídicos nacionales, sino factores externos que están totalmente fuera del control de las autoridades de una nación.
El titular del gremio de los economistas afirma que los impuestos que establece la Ley 112-00 de Hidrocarburos, tienen un peso importante en las recaudaciones totales como sustento del presupuesto nacional, lo que indica que si se plantea su modificación, habría que proponer de inmediato las fuentes de ingresos para sustituir los recursos que se estarían dejando de recaudar tras cualquier cambio de su contenido.
Para el economista Mario Hernández esta legislación establece por lo menos tres fuentes impositivas sobre los precios de los combustibles (un impuesto fijo ajustable por inflación, un impuesto Ad-Valorem de 16% y una carga de 2 pesos sobre cada galón de gasolina y gasoil).
“El asunto es que esas fuentes de ingresos fiscales que capta el Gobierno a través de esa legislación son también las más efectivas en términos recaudatorios. Para tener una idea basta con decir que en el año 2019, las recaudaciones del Gobierno por la Ley de Hidrocarburos sumaron RD$54,541 millones, lo cual representó el 14.1% de las recaudaciones de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII)”, explicó Hernández.
Considera que si se propone la modificación a la Ley de Hidrocarburos es obvio que el objetivo es reducir parte de la carga impositiva que se aplica sobre los precios de los combustibles.
Asimismo, señaló que República Dominicana no es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pero tampoco tiene un peso significativo para influir de manera directa en el comportamiento de los precios de los combustibles en el ámbito internacional.
“Como se determine el valor del crudo a nivel externo es como incidirá en los precios de los combustibles en el mercado nacional. Hablar de una reforma de la Ley de Hidrocarburos para generar efectos de disminuir costos es ilógico”, expresó Hernández.
EL MUNDO INFLUYE
El economista venezolano y reconocido analista en el área petrolera de su país, José Toro Hardy, sostiene que los países pueden reformar sus leyes de hidrocarburos por un tema más de impuestos que de que influir en los precios de los combustibles a nivel interno.
Hardy destacó que la estabilización o desestabilización del panorama internacional constituye un detonante directo en la subida o bajada del valor de los combustibles. “El pronóstico de que este año 2021 sería muy crítico en el mercado de los combustibles, a nivel mundial, pues se había alertado esto desde abril del año pasado. La baja de la demanda del producto, debido al desplome de las actividades comerciales durante el primer año de la pandemia del Covid-19, representa la derrota de la estabilización de precios que se había logrado”, enfatizó.
Acotó que la legislación en materia de hidrocarburos establece que los precios de combustibles se establecen en base a una fórmula de paridad en relación con los mercados internacionales y principales suplidores externos. “Estados Unidos, como mayor productor mundial de petróleo desde 2018, es el que más ha sentido esta embestida de disparidad entre oferta-demanda y, por ende, su repercusión en República Dominicana se hace latente cada vez más”, dijo.