Punta Cana, RD.- Con el inicio del año escolar en medio de la pandemia, el Gobierno no sólo tiene la obligación de garantizar que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea exitoso, sino que afronta otros desafÃos dentro de esta laboriosa tarea.
El primer reto del Ministerio de Educación, es lograr que el conocimiento no sea cuestión de unos pocos estudiantes. En nuestro paÃs la brecha entre pobres y ricos es todavÃa muy marcada, y esto quedó más que evidenciado durante las primeras semanas de haber comenzado el año lectivo.
La principal queja de los padres de familias, era que sus hijos no podÃan enlazar con las clases virtuales, porque presentaron serios problemas de conectividad vÃa internet. Aunque la era digital avanza a toda prisa, en paÃses como el nuestro la tecnologÃa sigue sien- do un lujo inalcanzable para miles de familias.
Y esto fue refrendado por el director del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), Nelson Arroyo, quien dijo que el principal escollo que podrÃa presentar la educación a distancia era justamente la conectividad.
No todos los hogares cuentan con computadoras, tabletas o teléfonos móviles â??inteligentesâ?, y mucho menos con ingresos suficientes para pagar contratos fijos por el servicio de internet.
La realidad indiscutible es que la covid -19 sorprendió a República Dominicana intentando ser parte de un mundo digital que nos conmina a revolucionar la cotidianidad convencional.
Pero todavÃa nos queda un largo trecho por recorrer. Por eso, el Gobierno debe agilizar el cumplimiento de su promesa de entregar computadoras tipo laptop a la población estudiantil que aún no tiene a manos esta herramienta de trabajo.
También, honrar su palabra de que pagarÃa paquetes de internet a las familias que no pueden costearlo por cuenta propia. Este compromiso no puede ser postergado por mucho tiempo, porque cada dÃa de clases afecta a los alumnos que no pueden acceder a la docencia virtual mediante el referido mecanismo.
Otros estudiantes pueden recibir clases haciendo uso de radiodifusores y canales de televisión, pero estos últimos son igualmente castigados por interrupciones eléctricas que no dan tregua ni siquiera en coyunturas especiales, como la que vivimos actualmente con esta crisis sanitaria.