De nosotros depende

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Punta Cana, RD.- El pasado jueves, República Dominicana dio un paso al  frente en su empeño de normalizar las
operaciones de la industria turística, iniciativa impulsada por el Gobierno en coordinación con empresarios hoteleros y demás representantes de este sector, tan fundamental para la economía nacional.

Es bien sabido que el grueso de vacacionistas que eligen nuestro país para descansar y pasarla bien con sus atractivos, se inclina por los hoteles con ofertas â??todo incluidoâ?.

Estos establecimientos generalmente alojan a cientos de miles de personas de diversos estratos sociales y variopintos litorales, sobre todo seducidos por precios asequibles para familias y perso-
nas de ingresos promedios. Estos espacios son especialmente diseñados para romper con la rutina habitual de los turistas.

La estrategia que implementan las autoridades está basada en promover el turismo interno, lo cual, además de que dinamiza las actividades del sector, proyecta en el ámbito internacional el gran esfuerzo desarrollado para repo-
nernos a las crueles embestidas de la covid-19.

La idea ha recibido un inmenso respaldo de los dominicanos, y esto se evidencia en que varios hoteles reportan desde ya un nú-mero importante de reservaciones para los días subsiguientes a su esperada reapertura.

Sin embargo, es preciso reiterar que el Ministerio de Turismo debe erigirse en celoso guardián de los acuerdos que permitieron reabrir los hoteles al público en medio de esta crisis sanitaria que todavía nos ocupa.

Los inspectores apostados en cada hotel para vigilar que se cumplan los protocolos sanitarios, están en la obligación de reportar toda situación que no se corresponda con lo estipulado entre dueños de hoteles y autoridades.

Cualquier desliz contrario a lo convenido puede echar por la borda las buenas intenciones que revisten este plan de reapertura. La multa de un millón de pesos aplicada por Turismo a un hotel de Punta Cana, porque incumplió las medidas preestablecidas, envían un mensaje alentador de que existe voluntad para encaminar esta reactivación por senderos seguros y confiables.

El turismo es y seguirá siendo punta de lanza de la economía nacional, pero debe mantenerse bien afilada y vigorosa. De nosotros depende que recupere el bien ganado umbral que le corresponde, y que resurja con nuevos bríos, enérgicos
y esperanzadores.