Rincón histórico: Casa de la misa
SabÃa que Trujillo era un amigo ambicioso, se trepó en la primera magistratura del estado un dieciséis de agosto de 1930, y no se ha bajado jamás, si viene hacÃa los Yayales como vecino, se coge todas las tierras â??y me deja sin una tareaâ?, pensó, y hábilmente dijo: â??Jefe, yo tengo una porción de tierras, en el ingenio Porvenir, más cerca de la capital, esto es muy lejos; que serán suyasâ?. Trujillo, sabÃa que don Oscar, era un hombre de empuje, esa tierra en el ingenio Porvenir eran suficientes, y entendió la estratagema â??Oscaritaâ?, pero habÃa resuelto su inquietud, y San Pedro de MacorÃs es una tierra llana, y apropiada para la siembra y cosechas de la caña de azúcar. ¿Cómo te la pago? dijo Trujillo. Don Oscar le dijo que la forma de pago la ponÃa él, cuando quisiera y como quisiera, se estrecharon las manos, un relámpago de rechazo salió de ese choque de rayos, que evitó la caÃda de una galaxia en los Yayales, y otros predios de Oscar Valdez; salió, se montó en su automóvil, y se detuvo en la casa de don Amenodoro -MendÃ- Soto Pepén, que habÃa sido diputado por doce años.
Estaba instalada en la avenida Altagracia, paseo Arévalo Cedeño,- antigua General Santana,- quien según Pedro Santana, en un parte escrito por su puño y letra a Bobadilla, no tenÃa el mando de los militares, cuando los guardias del ministerio presidido por Bobadilla, fusilaron a MarÃa Trinidad Sánchez, según un documento publicado por el historiador José Gabriel GarcÃa, donde fue recibido por su amigo y viejo servidor cuando la candidatura era por propuesta hecha por el partido dominicano.]]>