jueves, noviembre 21, 2024
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Proyecto reforma fiscal aviva debate sobre impacto de su aplicación

PUNTA CANA. La República Dominicana se encuentra en un momento interesante frente a la gestión y transformación de su política fiscal. Diversos sectores mantienen posturas disímiles respecto al impacto, contenido, objetivos y aplicación de esta iniciativa sometida a la consideración del Congreso Nacional. Sin embargo, el aspecto más controversial del proyecto de reforma (como siempre lo ha sido) es la que tiene que ver con los efectos que esta tendría en la calidad de vida de la gente.

William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, sugiere que el país debe aprovechar la reforma fiscal para incentivar la simplificación tributaria y cerrar los agujeros legales que limitan la efectividad y progresividad del sistema impositivo.

En este abordaje miraremos a qué se refiere Maloney cuando recomienda poner en práctica la simplificación tributaria, una fórmula que en términos prácticos mantiene una brecha muy pronunciada entre el dicho y el hecho, precisamente por la complejidad social y económica de las reformas fiscales. A la par, la situación fiscal del país enfrenta desafíos como el incremento del déficit, limitando la capacidad de inversión en infraestructura y otras áreas fundamentales para el desarrollo nacional. Esto subraya la necesidad de actuar no solo en la eficiencia del sistema, sino también en su alcance, incorporando nuevos actores en la base impositiva, especialmente el amplio sector informal que predomina en la economía dominicana. Ampliar la base impositiva sugiere incorporar nuevos actores productivos a la dinámica de cobro y pago de tributos.

Dicho de una forma más clara y directa, es incluir más personas, empresas, productos o actividades en el sistema fiscal para que paguen impuestos. La idea es que más cosas o personas queden sujetas al pago de impuestos, lo que permite al gobierno recaudar más dinero sin necesariamente aumentar las tasas impositivas. Y en este último punto comienza la razón de ser de este escrito: ver si el Gobierno Central tiene alternativas que permita una reforma fiscal más equilibrada y diversa, sin que necesariamente tenga que aumentar las cargas fiscales para empresas y contribuyentes. Miremos, pues, este punto, tomando en cuenta de que esto es solo una opinión, no un documento consultivo o de asesoría en la materia que tratamos.

ALTERNATIVAS PARA LA REFORMA FISCAL

El Gobierno dominicano, ante el reto de implementar una reforma fiscal, sí tiene diversas alternativas que podrían no solo aumentar la recaudación, sino también fomentar una estructura fiscal más justa y equitativa.

A continuación, analizaremos algunas de ellas y que entiendo deberían ser consideradas: 1. Simplificación del sistema tributario Uno de los principales problemas en los sistemas fiscales de América Latina, como señala Maloney, es la complejidad. Un sistema tributario enrevesado puede dar lugar a un mayor nivel de evasión, ya que tanto los contribuyentes como las autoridades fiscales se enfrentan a dificultades para administrar y aplicar las normativas. En este contexto, la simplificación tributaria consiste en crear un sistema más transparente y fácil de entender, tanto para los contribuyentes como para los fiscalizadores.

Y esto puede incluir: • Reducción del número de impuestos: Consolidar o eliminar impuestos redundantes o de difícil aplicación. En lugar de tener múltiples pequeños impuestos que son difíciles de recaudar, se pueden priorizar menos impuestos que generen una mayor recaudación y que puedan ser gestionados de manera más eficiente. • Claridad en las deducciones y exenciones: Las deducciones y exenciones fiscales pueden ser una fuente de confusión y mal uso, beneficiando más a los sectores con mayor capacidad económica. Simplificar o reducir estas exenciones puede no solo aumentar los ingresos fiscales, sino también hacer el sistema más justo. • Digitalización y zación: La tecnología puede ser una herramienta clave para simplificar la recaudación y seguimiento de impuestos.

Sistemas de declaración y pago en línea pueden reducir la evasión fiscal y hacer más fácil para las empresas cumplir con sus obligaciones. • Esta simplificación podría, a su vez, motivar una mayor formalización del sector informal, ya que los pequeños y medianos negocios estarían menos asustados por la complejidad del sistema y podrían integrarse de manera más fluida y convencida. 2. Formalización del sector informal La informalidad es uno de los problemas estructurales más importantes de la economía dominicana. Según la Encuesta Nacional de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) 2022-2023, el 85.2% de las MIPYMES en el país opera en la informalidad. Esto significa que una enorme porción de la economía no paga impuestos de manera adecuada y tampoco recibe las protecciones ni beneficios que otorga la formalización, como el acceso al crédito formal, seguridad social y acceso a programas gubernamentales. La organización del sector informal puede tener un impacto considerable en la ampliación de la base impositiva, un aspecto fundamental para el éxito de cualquier reforma fiscal.

¿Cómo formalizar a los informales? A continuación, algunas formas posibles: • Incentivos fiscales: El Gobierno podría ofrecer reducciones temporales en los impuestos o subsidios a las empresas que decidan formalizarse. De esta manera, se alivia la carga inicial que muchas empresas temen al ingresar al sistema formal, al menos hasta que digieran la idea de su nuevo estatus. • Menos burocracia: Muchas empresas informales no se formalizan debido a la burocracia y los costos asociados. Reducir los requisitos para formalizar un negocio y agilizar los procesos puede incentivar a los pequeños empresarios a registrarse y cumplir con sus obligaciones fiscales. • Educación: El Gobierno podría lanzar campañas de concienciación que resalten los beneficios de la formalización, tales como el acceso a préstamos, programas de capacitación y asistencia técnica. Además, se podría fomentar el uso de cooperativas y asociaciones que ayuden a las MIPYMES a integrarse en la economía formal de manera más efectiva. Un aspecto fundamental es que la formalización del sector informal no solo ampliaría la base impositiva, sino que también mejoraría la productividad y competitividad de las MIPYMES.

Esto resultaría en un crecimiento económico más inclusivo y sostenible, y en una mayor capacidad del Gobierno para financiar inversiones en infraestructura, salud, y educación. 3. Progresividad del sistema tributario Otro punto clave mencionado por Maloney es la progresividad del sistema fiscal. Un sistema progresivo es aquel en el que los contribuyentes de mayores ingresos pagan una proporción mayor en impuestos. En la República Dominicana, los impuestos indirectos, como el ITBIS (Impuesto sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios), tienen un peso considerable en la recaudación total, lo que tiende a ser regresivo porque afecta en mayor proporción a las familias de bajos ingresos.

Para mejorar la progresividad del sistema tributario, el Gobierno podría considerar las siguientes alternativas: • Ajuste de los tramos del Impuesto Sobre la Renta: Esto significa, revisar los tramos de ingresos y aumentar la tasa impositiva para los más altos ingresos, asegurando que quienes ganen más contribuyan de manera más significativa. • Revisión de impuestos sobre la propiedad (IPIS): Aumentar los impuestos a las propiedades, pero solo a aquellas de muy alto valor o que incluyan a las segundas residencias. 4. Reducción del gasto público ineficiente Una reforma fiscal no solo debe enfocarse en aumentar los ingresos, sino también en mejorar la eficiencia del gasto público. En su intervención, Maloney señaló que, a pesar de algunas reformas fiscales en la región, el incremento del gasto ha profundizado los déficits fiscales.

Oscar Quezada
Oscar Quezada
Soy un periodista que ama escuchar y contar historias, y con eso lucho cada día. Trato de hacerlo con relatos sencillos y entendibles para todos. Estudié en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).