martes, octubre 1, 2024
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Juana Chalas «Doña Tula», oriunda de El Seibo

Nacida en julio de 1925, Juana Chalas, cariñosamente conocida como Doña Tula, ha sido una figura emblemática en la comunidad de El Seibo. Su historia es un testimonio de resiliencia, ingenio y amor familiar.

Enfrentando la adversidad tras la muerte de su esposo y la responsabilidad de criar a cinco hijos, Doña Tula encontró en la elaboración de dulces no solo una salida económica, sino una pasión que la llevaría a conquistar corazones.

La idea de crear dulces surgió en un momento de necesidad, cuando su cuñado le propuso ayudarla a vender la leche de sus vacas. Así, lo que comenzó como una necesidad se transformó en un arte culinario. Su destreza para convertir la leche no vendida en quesos y, más tarde, en irresistibles masitas y dulces, resultó en creaciones que no solo la sorprendieron a ella, sino que pronto sedujeron a todo un pueblo.

La travesía no fue fácil; los primeros meses estuvieron marcados por la incertidumbre y la escasez, pero la tenacidad de Doña Tula prevaleció. Con el tiempo, su pequeño negocio no solo floreció en el barrio, sino que su fama llegó a oídos lejanos, como cuando un grupo de españoles llegó a su puerta, llevándose dulces destinados al Rey de España.

Este reconocimiento internacional cimentó su legado como la reina de los dulces. Los productos de Doña Tula, entre los que se encuentran delicias como dulce de leche, guayaba y coco con leche, han trascendido el tiempo y el espacio.

Hoy en día, su familia se ha sumado a la labor, manteniendo la calidad que ha caracterizado su trabajo y expandiendo su oferta a gift shops y supermercados. Su compromiso con la tradición y la innovación ha permitido que sus dulces sean un símbolo de orgullo en El Seibo, atrayendo a visitantes de todo el país.

En agosto de 2022, Doña Tula fue homenajeada con un monumento en la Plaza Cultural Manuela Diez Jiménez, un reconocimiento que perdurará como testimonio de su dedicación y laboriosidad.

Sus dulces no son solo un placer gastronómico, sino una experiencia que refleja el espíritu de la gente de El Seibo, convirtiéndola en un verdadero ícono cultural.Doña Tula, con su inquebrantable fe y su amor por la familia, se ha convertido en un ejemplo de admiración y fortaleza.

Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones, haciendo de sus dulces un afrodisíaco no solo para los seibanos, sino para todos aquellos que se atreven a probar su manjar.

Su historia es un dulce recordatorio de que, ante la adversidad, siempre se puede encontrar la manera de brillar y esto la convierte en un verdadero Orgullo del Este.

Altagracia Santana
Altagracia Santana
Licenciada en Comunicación Social, mención Relaciones Públicas por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Diplomada en Periodismo Económico y Financiero en UCSD. Maestra de Ceremonias, Locutora y amante de la buena ortografía. ¡Definitivamente, escribir es un arte!
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