Toni Seval, nacido en La Romana, fue un destacado cantante de merengue durante los años 80’. Su estilo innovador, carisma en el escenario y su habilidad para conectar con el público lo convirtieron en una de las figuras más queridas del género.
La carrera musical de Toni Seval despegó cuando se unió a Kuki & Su Orquesta Sabor y Son en 1982, lanzando el álbum que incluía éxitos como «La Dura», «La Parranda E’ Pa’ Amanecer» y «Cortaron a La Elena».
Estas canciones capturaron el sabor auténtico del merengue de esa época, caracterizadas por ritmos pegajosos y letras que hablaban de la vida cotidiana. Su estilo desenfadado y fresco atrajo a un amplio público, lo que lo consolidó rápidamente en la escena musical dominicana.
En 1984, Seval decidió dar un paso más al frente de su propia agrupación, «Toni Seval y los Gitanos», con la que lanzó el emblemático álbum El Muerto. Este disco incluye algunos de sus mayores éxitos como «Pa’ Bochinchar», «Dame Un Chance», «El Muerto», y «Zaida», que se convirtieron en himnos bailables en fiestas y discotecas por todo el país.
Su estilo único, que fusionaba el merengue tradicional con elementos modernos, le permitió destacarse entre artistas como los Hermanos Rosario y otras grandes figuras del merengue.
Toni Seval era conocido por su capacidad para generar un ambiente festivo en cada presentación. Sus conciertos eran una explosión de energía, en los que el público se entregaba completamente al ritmo de sus canciones.
Sin embargo, más allá del entretenimiento, Seval tenía una habilidad especial para contar historias a través de sus canciones, lo que le ganó un lugar especial en el corazón de la gente.
A pesar de su éxito, la vida de Toni Seval dio un giro oscuro cuando fue apresado bajo circunstancias no del todo claras. Este hecho marcó el fin de su carrera y poco tiempo después, su muerte se convirtió en un misterio que hasta el día de hoy no ha sido esclarecido.
Las causas de su fallecimiento siguen sin respuestas y su caso quedó en la impunidad, lo que ha alimentado la especulación sobre lo que realmente sucedió.
Cada año, en el aniversario de su muerte, los residentes de Villa Francisca, su barrio de adopción, realizan un encendido de velas en su memoria, recordando a un artista que no solo dejó su música, sino también una huella imborrable en la cultura dominicana.
A pesar de que su vida fue truncada en su mejor momento, Toni Seval sigue siendo recordado como uno de los grandes del merengue, cuya música sigue siendo popular y valorada por nuevas generaciones.
