Desde la creación del Distrito Municipal Turístico Verón Punta Cana, el Estado dominicano debió prestar atención al surgimiento de sus sectores, sin el menor retraso, pues desde sus inicios esta comunidad ha sido pujante en el aporte al fisco. Verón-Punta Cana fue elevado a distrito municipal mediante la ley No. 386- 06 del 3 de octubre de 2006 como el “primer distrito municipal turístico del país”.
Ese solo hecho debió ser suficiente para que todos los gobiernos que hemos tenido se enfocaran en hacer de este espacio “una tacita de oro”, pero la realidad ha sido muy diferente. No han avanzado al mismo ritmo las construcciones de casas, edificios, complejos habitacionales y el deseo de superación de la gente que ha llegado aquí buscando nuevas oportunidades, con la labor de organización y de infraestructura que deben desarrollar tanto el gobierno local como el gobierno nacional.
Las organizaciones de los barrios y sectores de Verón Punta Cana desesperan cada año al no contar siquiera con un servicio de recogida de basura en condiciones óptimas, con calles iluminadas, en buen estado, aceras y contenes. Eso ha creado un paralelismo entre la concepción de distrito municipal turístico y la realidad que vive la gente de nuestros barrios. Dicho de otra manera, una cosa son los hoteles y las áreas donde frecuentan los turistas y otra donde vive la gente aquí.
La realidad no debería ser tan grotesca. Sabemos que todos los inicios son complejos, difíciles, pero 18 años después de creada esta demarcación y con la especialidad de ser el primer distrito municipal turístico del país, ya debía verse la intención y el esfuerzo de que así sea, y eso debe percibirlo la gente, algo que no está ocurriendo.
Las asambleas para crear un presupuesto con la participación de todos los sectores de esta comunidad es la evidencia clara de la inconformidad, del disgusto y la desesperación de la gente. La espera, exaspera y desespera cuando las cosas avanzan de manera tan lenta. Tiene razón la gente de Verón Punta Cana, y le asiste todo el derecho de protestar y elevar la voz para reclamar justicia en la distribución del presupuesto municipal.
Sin embargo, también hay que reconocer que el desarrollo que experimenta Verón Punta Cana es meteórico y, ciertamente, quizás el dinero que entra y maneja el ayuntamiento queda corto frente a la demanda de obras que hace la gente. Es ahí entonces que adquiere una gran importancia que cada peso gastado esté bien justificado con obras y servicios de calidad.
De igual manera, debe involucrarse, de manera directa el Gobierno en la construcción de calles, alcantarillado sanitario, acueducto y otras obras de especial importancia comunitaria. No dejen que la gente alcance el grado máximo de insatisfacción, por favor. Todavía estamos a tiempo.