HIGÜEY. En un mundo cada vez más acelerado, la irritabilidad y el cansancio se han convertido en problemas comunes que afectan a muchos. Estos síntomas, a menudo reflejo de desequilibrios emocionales y físicos, pueden ser indicativos de diversas causas. Abordar estos factores de manera adecuada puede mejorar significativamente el bienestar de las personas.
Para comprender mejor el tema en cuestión, este semanario conversó con el psicólogo clínico, Natanael Reynoso, quien explicó: «Es crucial diferenciar entre el cansancio producido por la actividad física y el cansancio mental, que es causado por el estrés y la ansiedad. El cansancio mental, en particular, requiere un manejo específico, ya que es importante identificar sus orígenes”, dijo Reynoso.
Agregó que “nuestro cerebro consume energía continuamente, incluso sin actividad física. Cuando el estrés y la ansiedad están presentes, y además no estamos durmiendo lo suficiente ni manteniendo una buena alimentación, nos sentimos cansados con facilidad”, aclaró Reynoso. Explicó que el cansancio y el estrés a menudo conducen a la irritabilidad, afectando nuestra manera de pensar, sentir y actuar.
Esto es evidente en las reacciones y comportamientos de las personas en la vida cotidiana. Para contrarrestar estos problemas, existen diversas estrategias, pero según el psicólogo clínico Natanael Reynoso, las más fundamentales son: hacer ejercicio regularmente, mantener una alimentación equilibrada y dormir lo suficiente.
«No es posible lograr una buena salud mental sin prestar atención a estos tres aspectos esenciales», enfatizó el especialista.
CAUSAS DE LA IRRITABILIDAD Y EL CANSANCIO
Falta de sueño: La privación del sueño no solo disminuye la energía, sino que también puede aumentar la irritabilidad. Según estudios recientes, un sueño insuficiente afecta negativamente la capacidad de manejar el estrés y controlar las emociones.
Estrés crónico: Las presiones laborales, las preocupaciones financieras y las tensiones personales pueden llevar a un estado constante de agotamiento emocional y físico.
El estrés prolongado agota los recursos mentales y físicos, contribuyendo al cansancio y a frecuentes cambios de humor. Dieta inadecuada: Una alimentación deficiente, rica en azúcares y grasas saturadas, puede afectar los niveles de energía y el estado de ánimo. Los nutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, son cruciales para la regulación del ánimo y la energía.
Problemas de salud: Condiciones como la anemia, trastornos de la tiroides y la diabetes pueden manifestarse a través de síntomas de fatiga y cambios de humor. Es fundamental descartar problemas médicos subyacentes mediante consultas médicas regulares.
SOLUCIONES EFECTIVAS
Mejorar la calidad del sueño: Establecer una rutina de sueño consistente, crear un ambiente adecuado para descansar y limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse puede mejorar significativamente la calidad del sueño.
Gestión del estrés: Técnicas como la meditación, el yoga y la práctica regular de ejercicio físico pueden ayudar a reducir el estrés. Además, aprender a gestionar el tiempo y establecer límites saludables en el trabajo y en la vida personal es fundamental. Dieta balanceada: Incorporar alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras y proteínas magras, puede elevar los niveles de energía y mejorar el estado de ánimo. Evitar el exceso de cafeína y azúcares también es beneficioso.
Atención médica: Si los síntomas persisten, es esencial consultar a un profesional de salud para una evaluación completa. Un diagnóstico adecuado puede guiar hacia el tratamiento correcto y la gestión de cualquier condición médica subyacente. «Abordar estos problemas desde múltiples ángulos puede ofrecer un alivio considerable y ayudar a mantener un equilibrio saludable entre cuerpo y mente. La clave está en ser consciente de los propios hábitos y buscar soluciones que promuevan una óptima calidad de vida», recalcó Reynoso.
