El embarazo suele ser definido como una de las etapas más maravillosas en la vida de una mujer. Es considerado el milagro de dar vida. Sin embargo, no podemos obviar los cambios que esta etapa produce en la vida de quien está gestando. En esta edición, hemos entrevistado a la doctora Inda Ubiera. Durante décadas, ella ha ofrecido servicios de ginecología y obstetricia a mujeres embarazadas. En esta entrevista, nos educará sobre las relaciones sexuales durante los meses de gestación.
Las relaciones sexuales cambian durante el embarazo. Pueden aumentar o disminuir dependiendo del tiempo de gestación y las complicaciones que implique. La frecuencia de las relaciones dependerá de la comunicación en la pareja. Habrá momentos en los que la mujer no deseará tener relaciones debido a los cambios físicos que experimenta su cuerpo.
En el primer trimestre, suele haber una disminución del orgasmo. Los padres pueden temer hacerle daño al feto o la madre puede tener pensamientos que provocan una disminución de la frecuencia de las relaciones. La paciente puede practicar ejercicios durante esta etapa. Actividades como bailar zumba, salsa, merengue, y caminar tres veces a la semana durante 20 minutos son recomendables. Sin embargo, no se debe abusar de los ejercicios. Si la paciente ha presentado amenaza de aborto, no se recomienda tener relaciones.
Si la matriz está muy descendida, el peso del útero y el pene pueden provocar úlceras en el cérvix y sangrado. Además, el semen contiene prostaglandinas, que estimulan la madurez cervical, lo que puede conducir a un aborto o parto prematuro. Algunas situaciones particulares requieren un enfoque diferente. La amenaza de aborto o parto prematuro, la incompetencia ístmico cervical (cuando el cuello de la matriz está abierto y puede protruir el saco amniótico), y el embarazo múltiple son ejemplos.
En estos casos, se recomienda disminuir la actividad sexual. Desde las 18 hasta las 29 semanas, es el periodo en el que se pueden tener más relaciones. Los riesgos de aborto han disminuido y hay un aumento en el tamaño de las mamas y los genitales externos. Esto provoca una mayor estimulación en la madre, además de la tranquilidad que siente. Al final del embarazo, se recomienda aumentar la frecuencia de las relaciones sexuales. La prostaglandina ayuda a madurar el cuello de la matriz y a estimular el parto natural. Las embarazadas que no tienen relaciones sexuales durante el embarazo, sin importar la causa, tienden a tener mayor probabilidad de un parto por cesárea.