PUNTA CANA. El reciente atentado contra el ex presidente Donald Trump ha conmocionado a la nación estadounidense y ha levantado un manto de incertidumbre sobre la seguridad en eventos de alto perfil. Más aún, porque el Servicio Secreto de los Estados Unidos es un cuerpo élite de seguridad con altos estándares de entrenamiento como responsable de la seguridad del presidente de Estados Unidos, su familia, así como de ex presidentes de esa poderosa nación.
El ataque, que tuvo lugar durante un evento de campaña, dejó como resultado el abatimiento del atacante, identificado como Thomas Matthew Crooks, y planteó múltiples interrogantes sobre la seguridad del perímetro, la naturaleza del ataque y las implicaciones para el futuro.
LA UBICACIÓN DEL ATACANTE
El atentado ocurrió durante un evento en el que Donald Trump estaba pronunciando un discurso en una localidad de Pensilvania. En medio de la multitud, Crooks, armado con un rifle, disparó varias balas hacia el ex presidente Trump, ahora oficialmente candidato por el Partido Republicano. Crooks fue abatido en el acto, lo que dejó en evidencia la eficacia del equipo de seguridad del ex dignatario. Uno de los puntos más controvertidos del suceso es la elección del lugar desde el cual Crooks realizó el ataque.
A pesar de que el evento contaba con un perímetro de seguridad, el edificio desde el cual disparó no estaba incluido como parte de este protocolo para mantener la zona libre de cualquier amenaza. Esta omisión ha llevado a cuestionamientos sobre la eficacia de las medidas de seguridad implementadas y la posibilidad de que existan huecos en la protección de los presidentes y ex presidentes de Estados Unidos.
¿Por qué el edificio no formaba parte del perímetro de seguridad? ¿Qué protocolos de seguridad se siguieron en la planificación del evento? ¿Existen brechas en las políticas de seguridad del Servicio Secreto que permitan este tipo de incidentes?
¿LOBO SOLITARIO O CÉLULA CRIMINAL?
Una interrogante que desde el inicio del ataque ha sido objeto de análisis a escala mundial, pero muy especialmente entre los organismos de seguridad de Estados Unidos, es si Crooks actuó como un «lobo solitario», un término que se refiere a individuos que llevan a cabo ataques sin estar reclutados por una organización terrorista, o si, por el contrario, tenía vínculos con alguna célula criminal.Por esto, se investiga si el atacante tenía vínculos con organizaciones que podrían haberlo influenciado.
Los investigadores están realizando un perfil exhaustivo de Crooks, que incluye su historial, motivaciones y posibles conexiones. ¿Tenía Crooks algún registro que pudiera relacionarlo con actividades delictivas previas? ¿Se puede identificar algún tipo de motivación política o ideológica detrás del ataque? Las autoridades han comenzado a interrogar a familiares, amigos y conocidos de Crooks para establecer un contexto más amplio.
Las redes sociales del atacante también están siendo analizadas para detectar cualquier señal de radicalización o influencia externa.
REACCIONES Y REPERCUSIONES
El atentado ha desencadenado una ola de reacciones desde diferentes sectores. Líderes de ambos partidos, el Republicano y Demócrata, han expresado su condena al ataque y enfatizaron la importancia de fortalecer los protocolos de seguridad. Se anticipa que las medidas de seguridad se intensifiquen en futuros eventos políticos, especialmente en aquellos que involucran a figuras públicas de gran envergadura en la vida nacional de Estados Unidos.
Este ataque plantea también preguntas sobre el clima político actual y la polarización que podría estar alimentando la violencia. Expertos analizan si este tipo de incidentes se volverán más comunes en el futuro y qué medidas pueden tomarse para prevenirlos.
El atentado contra Donald Trump no solo ha puesto de relieve las fallas en los protocolos de seguridad, sino que también ha expuesto la vulnerabilidad de las figuras públicas en un entorno cada vez más polarizado. La investigación en curso promete arrojar luz sobre el trasfondo del ataque y determinar si estamos ante un acto aislado o si refleja una tendencia más amplia de violencia política en Estados Unidos. ATAQUES MORTALES CONTRA PRESIDENTES A lo largo de la historia de Estados Unidos, varios presidentes han sido víctimas de atentados, algunos con resultados fatales y otros que pudieron sobrevivir. A continuación, se detallan los incidentes más destacados:
• Abraham Lincoln: El 14 de abril de 1865 el presidente Lincoln, el decimosexto presidente de los Estados Unidos, fue asesinado mientras asistía a una obra de teatro en el Teatro Ford en Washington, D.C. Booth. El actor y simpatizante confederado, John Wilkes Booth, le disparó en la cabeza.
• James A. Garfield El presidente Garfield, quien fuera el vigésimo presidente de los Estados Unidos, fue disparado por Charles J. Guiteau, un abogado descontento que había solicitado un puesto en el gobierno. Garfield murió el 19 de septiembre de 1881 a causa de las heridas. El atentado mortal se produjo el 2 de julio del 1881, convirtiéndose en el segundo presidente asesinado en Estados Unidos.
• William McKinley El 6 de septiembre de 1901, el presidente Mckinley fue atacado a tiros por Leon Czolgosz, un anarquista, durante una exposición en Buffalo, Nueva York. McKinley, vigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, murió ocho días después, el 14 de septiembre de 1901.
• John F. Kennedy El presidente Kennedy fue ultimado a balazos el 22 de noviembre de 1963, en un ataque perpetrado por Lee Harvey Oswald. El trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos fue asesinado mientras viajaba en un desfile en Dallas, Texas. Oswald fue arrestado poco después, pero fue asesinado antes de ser juzgado.
ATAQUES FALLIDOS
• Theodore Roosevelt Roosevelt, vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos, recibió un disparo en el pecho durante su campaña en Milwaukee para un tercer mandato. La bala, disparada por un arma manipulada por John Flanmmang Schrank, fue frenada parcialmente por un estuche de gafas y un manuscrito que llevaba, y Roosevelt continuó con su discurso antes de buscar atención médica. Esto ocurrió el 14 de octubre del 1912.
• Harry S. Truman Dos activistas independentistas puertorriqueños intentaron asesinar a Truman en la Blair House, donde residía temporalmente. Los responsables de este acto criminal contra el trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos fueron Oscar Collazo y Griselio Torresola. El segundo murió en el intento, y Collazo fue capturado y condenado. Esto aconteció el primero de noviembre del 1950.
• Ronald Reagan El 30 de marzo de 1981, John Hinckley disparó a Reagan fuera del Hotel Hilton en Washington, D.C. Reagan, que ejerció la presidencia número cuarenta de los Estados Unidos, fue herido gravemente, pero sobrevivió.
• Robert F. Kennedy El senador y candidato presidencial Robert F. Kennedy fue asesinado en Los Ángeles, California, poco después de pronunciar un discurso tras las primarias de California. Sirhan Sir han, un palestino descontento con el apoyo de Kennedy a Israel, fue el atacante que luego resultó arrestado en el acto. Ese hecho acurrió el 5 de junio del 1968.
• Gerald Ford Lynette «Squeaky» Fromme, miembro de la secta de Charles Manson, intentó disparar al presidente Ford en Sacramento, California, pero el arma no se disparó. Fue arrestada inmediatamente, sin concretar en ese momento su intención de matar al trigésimo octavo presidente de los Estados Unidos. Esto pasó el 5 de septiembre del 1975.
• Gerald Ford (segundo intento) El segundo intento fallido de matar al presidente Ford ocurrió el 22 de septiembre de 1975. Esta vez, fue Sara Jane Moore quien quiso quitarle la vida, disparando al mandatario mientras se encontraba en San Francisco, California. También fue arrestada en el mismo lugar.
• George Wallace Wallace, un candidato presidencial segregacionista, fue tiroteado durante un mitin en Laurel, Maryland. Sobrevivió, pero quedó paralizado de la cintura para abajo. El autor de ese atentado fue Arthur Bremer, el 15 de mayo del 1972.
• Gabrielle Giffords Giffords, una congresista demócrata, fue disparada en la cabeza durante un evento en Tucson, Arizona. Sobrevivió, pero sufrió graves daños neurológicos. El autor material de este atentado fue Jared Lee Loughner. Esto ocurrió el 8 de enero del 2011.
