Punta Cana. Un reciente estudio realizado por la Harvard T.H. Chan School of Public Health, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, ha revelado que sentir gratitud puede tener un impacto significativo en la longevidad de los adultos mayores.
Esta investigación se suma a evidencias previas que sugieren que la gratitud no solo mejora el bienestar emocional, sino que también podría influir positivamente en la salud física. Los hallazgos indican que las personas que experimentan un mayor nivel de gratitud tienen un riesgo reducido de mortalidad, lo que podría abrir nuevas perspectivas en el campo de la medicina preventiva.
Según Ying Chen, autor principal del estudio, la investigación anterior había establecido vínculos entre la gratitud y el bienestar emocional, pero la conexión con la salud física era menos conocida. Este estudio es pionero al explorar cómo la gratitud podría afectar directamente la longevidad, ofreciendo la primera evidencia empírica al respecto.
Los investigadores utilizaron datos del Estudio de salud de enfermeras, evaluando a más de 49,000 mujeres mayores que completaron un cuestionario de gratitud en 2016 y se les hizo seguimiento hasta 2019 para evaluar la mortalidad.
Los resultados del estudio mostraron que las participantes que reportaron mayores niveles de gratitud tenían un riesgo un 9% menor de morir en los siguientes cuatro años, en comparación con aquellas que reportaron niveles más bajos de gratitud.
Este efecto protector de la gratitud fue observado no solo frente a la mortalidad por todas las causas, sino también en relación con enfermedades específicas como las cardiovasculares.