La Junta Central Electoral (JCE) está inmersa en el montaje de las elecciones presidenciales y congresuales programadas para mayo de este año. Es una tarea que amerita mucho tacto y largas horas de trabajo. Por esta razón, el máximo organismo comicial ha evacuado una serie de reglamentaciones encaminadas a garantizar el éxito de ese certamen electoral.
Entre estas medidas, destaca la prohibición de la aglomeración de personas, así como la restricción del uso de símbolos partidistas, en los perímetros de los recintos electorales.
Esta medida merece un respaldo unánime por parte de la ciudadanía. Es imperativo entender que la seguridad y el orden deben prevalecer en los espacios donde se ejerce el derecho al sufragio. La gran afluencia de personas cerca de los recintos electorales genera un clima de confrontación y hostilidad que atenta contra la integridad del proceso de votación.
Recordemos que la democracia se construye sobre la base del respeto mutuo, la tolerancia y el diálogo. Y por eso cada ciudadano tiene el derecho sagrado de emitir su voto libremente, sin coacciones ni presiones externas. Pero es responsabilidad de todos velar por un entorno pacífico y seguro durante el desarrollo de esa jornada.
La violencia política sólo conduce al retroceso democrático. A todos nos corresponde favorecer un proceso electoral ejemplar, donde prime la voluntad soberana del pueblo. En este sentido, instamos a los partidos y a la ciudadanía en general a acatar esas normativas con civismo y un alto nivel de responsabilidad, para lograr unas elecciones diáfanas, organizadas y seguras.
