La tormenta Daniel desencadenó graves inundaciones en el este de Libia, que provocaron la ruptura de embalses y la destrucción de vecindarios en varias localidades costeras del Mediterráneo. El lunes, uno de los gobernantes locales advirtió que se temía que el número de muertos pudiera llegar hasta 2,000.
La devastación parecía ser más pronunciada en Derna, una ciudad que había estado bajo el control de extremistas islámicos durante la prolongada crisis de Libia que ha dejado su infraestructura en estado deplorable. El país sigue dividido entre dos gobiernos rivales, uno en el este y otro en el oeste, respaldados por grupos armados y gobiernos extranjeros.
Hasta el lunes por la noche, las autoridades sanitarias habían confirmado un total de 61 muertes debido a las inundaciones del fin de semana. Sin embargo, este recuento no incluía a Derna, que quedó inaccesible, y se cree que muchas de las personas desaparecidas en esa área fueron arrastradas por las aguas después de que dos presas se rompieron río arriba.