martes, noviembre 26, 2024

A tiempo

De “muerte por mil cortes hasta tumba y quema”

Ramón Zorrilla

Muerte por mil cortes, es un documental medioambientalista creado y dirigido por Jake Kheel que “trata sobre las consecuencias de la deforestación por tala de árboles, ilegalmente, en la frontera dominicana para hacer carbón y venderlo por sacos en Haití”.

A partir de la muerte de un guardaparques a manos de un haitiano se desarrolla toda la trama del procedimiento exacto para la producción de carbón de leña de forma ilegal, dejando una secuela de daños, en muchos casos irreversibles, para el medioambiente. Muerte por mil cortes es un esfuerzo bueno y un aporte incalculable para la concienciación sobre la preservación de nuestros bosques, pero sin la ayuda de políticas públicas coherentes, sirve de poco.

Sabiendo que el carbón se produce con árboles secos o casi secos, uno se pregunta si ¿no serían los recientes incendios forestales en todo el país una forma de acelerar el proceso y así tener más leña para producir carbón?

TUMBA Y QUEMA

Recientemente, el cineasta dominicano, José María Cabral, filmó un nuevo documental sobre el medioambiente al que tituló: Tumba y Quema, en el que se deja entrever la complicidad, de algunas autoridades en el desmonte constante de los bosques dominicanos, afectando la producción de agua, pues no se respetan las cuencas de los ríos ni las áreas protegidas.

Mientras el documental de Jake Kheel trata de la tala de árboles para hacer carbón, en Tumba y Quema se trata el tema del conuquismo y el irrespeto de las áreas protegidas. Se quema el bosque para hacer cultivos en áreas prohibidas, incluso sembrando árboles que son dañinos para la conservación del agua.

En este documental, como en el anterior, queda al descubierto que si bien es cierto que la práctica sale de personas muy pobres, también es cierto que, con frecuencia, estos son empleados de señores que viven en las ciudades con muy poca conciencia del daño que causan sus acciones, pero que aprovechan las debilidades económicas de unos campesinos que, sin saberlo y posiblemente aliados a extranjeros que ya hicieron lo mismo en su país, están sepultando el futuro de sus comunidades y de toda la isla.

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