La memoria incómoda
Aunque recientemente finalizamos el mes de la patria, cada vez que escuchamos nuestro glorioso Himno Nacional o el himno a nuestros patricios, seguimos recordando en esas epopeyas el heroísmo y la entrega de una generación o de varias generaciones de criollos que en aquel pasado heroico estaban tan enamorados de la idea y el sueño de patria que no les importó ofrendar sus vidas y todo lo que tenían.
No han pasado siquiera 200 años de aquellos acontecimientos y ya vemos cómo poco a poco se han ido desconectando las actuales generaciones de aquellos sentimientos patrióticos, y cada vez son menos los que siquiera memorizan el canto a la patria. El desconocimiento de cómo llegamos a ser llamados dominicanos y de qué o cuáles son las amenazas que atentan contra ese nombre es muy grave.
Lamentablemente los Gobiernos que hemos tenido, especialmente en los 10 últimos lustros, con sus comportamientos corruptos han ido limando, de alguna manera ese sentimiento patriótico. Eso, unido a una educación deficiente en la transferencia de valores intergeneracionales, cargan con la responsabilidad de la decadencia de ese sentimiento de patriotismo en los nuevos dominicanos.
Lógicamente, nada de esto es fortuito, y en cambio, forma parte de una agenda de grupos foráneos que buscan a toda costa, difuminar la imagen del pueblo dominicano, fomentando prácticas aculturales y eso se evidencia desde la música misma que consumen nuestros adolescentes y jóvenes.
De igual manera, muchos contenidos en los espacios virtuales contribuyen a dañar el buen nombre y la imagen de nuestro país.
Hoy, más que nunca República Dominicana necesita de sus mejores mujeres y hombres que, con sus acciones contrarresten todo este proceso difuminador de la imagen nacional. Nuestro país tiene una riqueza cultural como pocos en todo El Caribe y Centroamérica, y eso debe ser preservado a toda costa. Esto debe figurar como un punto importante dentro de la agenda política de quienes dirigen los destinos de la Nación.
República Dominicana está llamada a ser una potencia en la región centroamericana y caribeña, por su estratégica ubicación, pero eso sólo podría ser posible, si mantenemos muy en alto nuestra identidad como pueblo. Todas y todos estamos llamados a seguir construyendo el sueño de la patria dominicana y eso sólo es lograble mediante la preservación intacta de nuestra memoria histórica, lo que para muchos resulta una memoria incómoda.