PUNTA CANA. La detección precoz de enfermedades como la esquizofrenia es esencial para acertar con el tratamiento adecuado para cada paciente. Ahora, gracias a este algoritmo, la comunidad científica está un paso más cerca de ofrecer alternativas que mejoren la calidad de vida de las personas afectadas por la enfermedad.
En el estudio han participado 700 pacientes que padecen la enfermedad y 850 personas sanas. Al escanear las huellas dactilares de los dedos corazón, índice y pulgar izquierdo, se inicia un procesamiento de imágenes en busca de patrones.
Al parecer, estos tres dedos son los que mostraron un índice más elevado de fiabilidad en el estudio. Los resultados ofrecen una tasa de acierto del 70%, y el sistema está pendiente de patente y los últimos estudios de validación para que los centros hospitalarios puedan empezar a aplicarlo.
Esto significa que nuestros dedos guardan información muy relevante y de gran utilidad que podría ayudar a detectar ciertas afecciones. De hecho, ya había estudios previos que relacionaban enfermedades como la esquizofrenia o el autismo con ciertos patrones dactilares, pero este nuevo algoritmo va un paso más allá.
La importancia de la detección precoz A pesar de que estamos ante un gran logro, los investigadores reconocen que el margen de error es aún de un 30%. Pese a esto, es una magnífica herramienta de apoyo a la hora de afinar el diagnóstico que también puede aplicarse a personas con familiares con esquizofrenia y predisposición genética.
La coordinadora del estudio, Edith Pomarol-Clotet, indica que «el diagnóstico definitivo de la esquizofrenia requiere un mínimo de seis meses y frecuentemente sus síntomas se confunden con los de otras enfermedades de salud mental, como el trastorno bipolar. Por ello es tan importante este hallazgo».
Este descubrimiento trae esperanza a la comunidad científica, ya que podría ayudar también a detectar otro tipo de enfermedades. Sin duda, una muy buena noticia que nos recuerda la importancia de invertir más recursos económicos en el campo de la investigación. Fuente | NIUS