sábado, noviembre 23, 2024
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Sentirse triste o ansioso es común en temporada navideña

PUNTA CANA. Cuando se acerca Navidad y el fin de otro año, gran parte de la población a nivel mundial nota que su salud mental comienza a «tambalearse».

Y no se trata solo por el estrés que causa no saber qué regalar a la familia o si se preparará o no la tradicional ensalada de manzana. La temporada nos afecta a nivel biológico, lo que repercute en nuestras ideas y emociones.

En entrevista para Business Insider México, la médica psiquiatra Carmen Amezcua, nos ayuda a desentrañar por qué ocurre y cómo prevenir sentirnos mal.

¿Por qué me siento así si es época de celebrar?

Aunque suene a frase trillada, en gran medida no eres tú, es el ambiente, y eso tiene varias causas y repercute de distintas maneras en nuestras emociones.

Uno de los factores son los recuerdos y los «hubiera» que rondan nuestra mente. La pérdida de un ser querido y el duelo que se vive, no alcanzar alguna meta o tener una crisis económica son algunas de las cuestiones que pueden mermar nuestro sentir.

Otra más es a nivel biológico, derivado de una reducción de la luz natural durante el final de otoño y el invierno.

«Hay un elemento llamado glándula pineal, que genera melatonina, que nos ayuda a conciliar el sueño, a tener el proceso de la hipnosis, es decir, a la entrada a los ciclos de sueño naturales. Esta estructura anatómica de nuestro cerebro es vestigial; es muy pequeñita. En los pájaros funciona de maravilla y les permite irse a dormir a los árboles, o cuando amanece, en cuanto se detecta la luz, comienzan a volar o migrar», explica la experta.

No obstante, al tener menos exposición a los rayos del Sol, hay una reducción de melatonina.

«A la vez, tenemos dificultad para descansar y generar neurotransmisores como la serotonina, que es el que nos da paz, la tranquilidad, la (sensación) de que todo está tranquilo y bien», agrega.

Hay un factor que no notamos y que también nos «golpea» emocionalmente: nuestra actividad social y alimentación en estas semanas.

«Es una época donde nos desvelamos más por fiestas y posadas; comemos peor por los excesos, botanas y la comida que se prepara en las festividades es picante, con grasa. Esto no nos ayuda para nada a la microbiota y a la buena producción de neurotransmisores. El último es el (consumo) de alcohol, tabaco y estupefacientes. Todo esto hace la ‘tormenta perfecta’ para uno de los periodos más (complicados) para la salud mental», considera la especialista.

Padecimientos más comunes

Entre los padecimientos relacionados con nuestras emociones, están la depresión, insomnio, ansiedad y suicidio.

En el último rubro, si bien hay un alza en el número de casos durante la temporada invernal, el peor momento del año en esta materia es la primavera.

«En este momento, como los osos, nos dormimos. Veremos síntomas de melancolía, de anergia (baja de energía en el día). Aunque suene muy raro, la gente no tiene ganas ni fuerzas para (cometer este acto). Sí se ven más´(pacientes) con depresión, ansiedad, apatía o abulia. Cuando comienza el periodo de cambio estacional, con más Sol y luz, a despertar el cerebro y la gente también (avanza) en la ejecución (de las autolesiones) y notamos una ‘ola’ de suicidios», detalla.

Si eres una persona que está llevando un tratamiento psicológico o psiquiátrico, Amezcua señala que puedes tener el trastorno afectivo estacional.

«Se detecta en episodios invernales, dependiendo en el país y uso horario en el que estés. (Ocurre primordialmente) en pacientes bipolares, con depresión y ansiedad, suelen sufrir crisis más graves (de sus padecimientos)», precisa.